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Espejismo


Y entonces caminar a medianoche. Caminar observando los azules tintes de las luces reflejándose en las ventanas. Caminar a paso lento observando sin prisas, sin urgentes ataduras. Luego una esquina, una esquina vestida de lluvia, una esquina cualquiera me encuentra en la noche.

Una mujer. Una mujer y la esquina, una mujer corta en dos la luz de la farola. Sus ojos cansados se vuelven más pequeños y tristes mientras el humo del cigarrillo le hiere la mirada.

Una mujer, una mujer sin nombre, la esquina, la noche, la farola y el perverso designio que esconden los billetes que cambian de mano

Luego el sol, el sol en la cama deslizando sus pajizas hebras sobre los muslos y las sabanas. El sol, la mujer y la cama y el vago recuerdo de los últimos estertores tras la suplica aterrada

Luego otra vez la noche, la noche y los azules tintes de las luces reflejándose en las ventanas. Caminar a paso lento observando sin prisas y sonreír al sentir que arden las manos al encontrar otra esquina, otra equina y una mujer, una mujer que corta en dos la luz de la farola.

Buen escrito... triste realidad. Se han de tejer tantas historias bajo la luz de un farol, que si éste hablara... madre mía.

Gracias por tu visita y comentario.

Saludos desde Santiago de Chile.

Escribes bien!

saludos

Y una noche y otra, una sucesión de farolas, de esquinas, de mujeres... que son infinitas, que son muchas y son la misma.
Muy bueno, me ha gustado mucho.

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