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El lado B ( parte I )

No se bien cuando, ni como todo comenzó, solo sé que cada noche es una apuesta permanente por sobrevivir, cada noche en que las horas transcurren en aparentemente sosiego, así como seguramente hoy transcurren las tuyas o como transcurrían las mías hasta hace un par de semanas atrás… hasta antes del fatídico despertar. ¿Te has preguntado que sucede cada noche mientras duermes?, ¿realmente crees saberlo?.

Al principio a nadie le llamó demasiado la atención el hecho de la paulatina disminución de vagabundos en las calles, es más creo que nadie más que yo reparo en ello, lo anterior en absoluto era una situación alarmante, es más en cierto punto hasta lo agradecí. La economía local marchaba bien pero no tan bien como para mantener a toda la población fuera de la pobreza, insisto, lo anterior no era una situación alarmante, solo un dato curioso. Magdalena ni siquiera lo evaluó mas de unos quince segundos cuando se lo comenté mientras mirábamos el noticiero. Apenas un débil - Mmmm, que raro -, fue todo lo que obtuve por respuesta, luego cerrar los ojos y prepararse a enfrentar la cotidianeidad de un nuevo día sin nada extraordinario, la estridencia del maldito despertador a las siete de la mañana, el calor de los cuerpos apretujados en el tren subterráneo, los ojos somnolientos de tantos que aparecen y desaparecen tras el parpadeo de mi propia lasitud matutina, el teléfono y los papeles sobre el escritorio garabateados con números fríos e irrelevantes, a medio día tal vez un bocadillo en compañía de algún compañero de oficina, un bocadillo casi siempre engullido sin hambre, luego más papeles, más teléfono y antes del ocaso el retorno a Magdalena y el noticiario.

Magdalena tampoco fue muy extensa en sus comentarios cuando le hice ver mi permanente falta de apetito, lo atribuyó al estrés, así, tan solo en un par de segundos el problema tenía un nombre y por lo tanto era susceptible de solución – hacer ejercicio seria recomendable no crees- sentenció antes de que el sueño irremediablemente me cerrara los ojos.

Al día siguiente mientras volvía a casa en el tren subterráneo noté que un tipo me observaba nerviosamente, sus ojos parecían buscar en todas direcciones y luego se detenían nuevamente sobre mí, su expresión denotaba angustia, tal vez miedo. Era un tipo joven de no mas de treinta años, muy delgado y algo sucio, ¿el último de los vagabundos tal vez? –me dije- y me detuve otra vez en la extraña sensación que me provocaba no ver a los acostumbrados vagabundos en los rincones de siempre, al menos no están extintos –pensé-, al fondo del vagón yacía todo un ejemplar que no dejaba de lanzarme nerviosas miradas cada tanto. Conforme el vagón se iba desocupando mi aprensión iba en aumento, estuve a punto de cambiar de vagón pero decidí permanecer sentado en una actitud entupidamente desafiante, el tipo podría haber tenido toda la intención de asaltarme, tal vez estaba armado ¡pero que mierda!, no me iba a dejar dominar por la paranoia, ahora me arrepiento, ¡como adivinar lo que vendría!. Cogi mi maletín con firmeza y me apresure a bajar en la última estación, camine rápidamente sin mirar atrás pese a que adivinaba que el tipo aquel me pisaba los talones, el corredor que conducía a las escaleras de salida jamás pareció tan largo y solitario como aquella vez. Camine cada vez con mas prisa hasta que sin darme cuenta ya estaba corriendo, subí los peldaños con largas zancadas sorteando los escalones de tres en tres , hasta que por fin la brisa fresca de la noche incipiente me recibió al amparo de la sensación de estar a salvo, ¡nada mas errado!, apenas media cuadra y el tipo me lanzó de espaldas contra el muro y susurrándome al oído me dijo – “Paúl soy yo, Javier, ¡no me reconoces!”-, inútilmente trate de zafarme cuando el miedo ya me invadía por completo, ¿Cómo este tipo sabía mi nombre?. – “Paúl soy yo, Javier, ¡es que no me reconoces!”, ¡como pudiste haberme olvidado!, soy yo... Javier, -repitió mientras los ojos se le llenaban de lagrimas-, escúchame…, escúchame atentamente – dijó mientras me apretaba los brazos contra el muro- Paúl, están por todas partes, hace una semana vinieron por mi, no se como he escapado hasta ahora, están en todas partes, ellos te huelen…, ellos saben cuando estas cerca…, saben cuando estas despierto…Paúl, ¿no te acuerdas de mi?..., todo es una mentira, están por todas partes… es horrible

¡No te entiendo -¡Quien mierda viene!… ¿Que quieres de mí?, -le grite ya con mas rabia que miedo -, el tipo me tapó la boca e hizo silencio algunos segundos, mirando nerviosamente en todas direcciones, escucha… Paúl escúchame –siguió hablando muy bajocomo quien desentraña un inmenso secreto-, piensa… ¿hace cuanto tiempo no recuerdas lo que haces de noche?.... Las luces de un automóvil que entraba a la avenida llamaron la atención del tipo, en sus ojos había miedo, me soltó de inmediato y se dirigió rápidamente de vuelta a la entrada del tren subterráneo en donde desapareció devorado por las sombras mientras me gritaba a lo lejos, ¿hace cuanto tiempo no recuerdas lo que haces de noche?.... Me lance a correr mientras el eco de sus últimas palabras parecían un escalofrío que recorría mi espalda. Aquella noche no quise comentarle nada a Magdalena, tuve miedo de escuchar otro de sus “Mmmm…” mientras miraba el noticiario. Aquella noche y pese a todo el extraño suceso el sueño pareció vencerme mas rápido que de costumbre.

A la mañana siguiente no conseguí desayunar mas que un par de tostadas y medio vaso de jugo, a la falta constante de apetito del que era victima ahora se sumaba la desagradable sensación de nauseas, lo mismo sucedía al medio día cuando me preparaba para el bocadillo que malamente solía llamar almuerzo. Me quede largo rato en mi pequeña mesita justo en medio de la cafetería pensando en las palabras de aquel tipo extraño, pobre loco, ¿hace cuanto tiempo no recuerdas lo que haces de noche?... , ¿que tipo de pregunta es esa?, - anoche…, anoche… bueno anoche no hice nada más que ver el noticiario y dormir, y anteanoche…, lo mismo… y…, -una vez mas aquella sensación de escalofrío recorrió su espalda al darse cuenta de que en realidad no recordaba mas que eso-, en vano intente recordar algo mas, ni una salida de copas, ni una sola noche de desvelo, ni cuando le hacía el amor a magdalena…¡como era posible que en mi cabeza no existiera aquel recuerdo...! como no recordar la última vez que le hice el amor a mi mujer… ¿acaso fue hace tanto tiempo?, ¿hace cuanto tiempo no recuerdas lo que haces de noche?...- aquellas palabras volvieron a sonar en mi cabeza, esta vez con un tono inquietante - , inmediatamente la incomoda sensación de ser observado hizo presa de mi, aquella sensación que todo el mundo alguna vez ha sentido,-incluso tal vez te suceda a ti en este preciso instante-, aquella sensación que te obliga a levantar los ojos o girar la cabeza para buscar aquellos ojos que te escudriñan desde algún rincón, para mi esta vez no hubo rincones, apenas levante los ojos de inmediato di con la figura esmirriada y sucia de aquel tipo, ¡allí estaba Javier! de pie fuera de la cafetería esperando como una ardilla asustada, observándome con sus ojos temerosos, me levante de la mesa e inmediatamente vi como Javier se alejaba rápidamente entre el tumulto que parecía no darse cuenta de su existencia. Salí corriendo y le seguí tratando de esquivar a las personas que sin querer cubrían su retirada, lo seguí varias cuadras hasta que sus pasos me llevaron a la estación central del tren subterráneo, me quede en medio de la gente observando en todas direcciones sin dar con Javier. Estaba por abandonar la estación cuando desde entre las personas que subían al vagón aparece Javier y me lleva rápidamente hasta la esquina mas oscura de la estación tomando mi rostro entre sus manos y revisando mis ojos.

¿Qué hice yo anoche...?

Paso de repetirte que me encanta cómo escribes y que eres de lo mejorcito que he leído desde que comencé con esto de los blogs bla bla bla porque me resulto pesada hasta a mí misma así que... te leo, te leo siempre.

P.D.: La "rehostia" significa algo que no es bueno sino MEJOR. Es como cuando haces puenting y alguien te pregunta: "¿A qué es la hostia, verdad?" y tú contestas: "La hostia no, es la rehostia, joder!".
P.D.2: Me toca: qué quiere decir "cuadras"? ¿metros? ¿pasos? ¿zancadas?

Un besazo Mr. Liar.

PENÉLOPE, con el permiso de Mr Liar: Cuadras son lo que llamamos aquí manzanas.

Mr LIAR, los textos en primera persona tienen un gancho especial para el lector. Yo creo que son mucho más eficaces para meterse de lleno en la historia.
Enhorabuena por esta historia.

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