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L’ ombre Triste






Ya casi dan las seis y cuarto de la tarde. El sol es un breve recuerdo sobre los cristales que a ratos semejan los últimos destellos de un viejo cirio.

La voz que inunda el entorno no hace mas que intentar arrancarle una lagrima mientras el cigarrillo entre los dedos va despidiendo añiles espirales que se diluyen frente a sus ojos. Tras el escalofrió inicial la reflexión es ineludible “Tal vez no debiera entregarme a la nostalgia, esta vez resultaría algo falso siquiera el uso de esa palabra” –Piensa-.

Es extraño como una simple fecha, un punto diminuto y extraviado en las hojas de un viejo calendario de pronto se torna relevante. En vano intenta recordar que diablos hizo ese día, ¡imposible recordarlo!, ya son mas de dos años, ¡maldita memoria!..., tal vez ningún suceso extraordinario aquel día, solo rutina, “02-06-2006”, un día sin recuerdos, un ciclo completo de rotación, el espacio intermedio entre el alba y el ocaso.

El cigarrillo se extingue lentamente entre los dedos y los ojos continúan fijos en la pantalla del computador, un día sin recuerdos –piensa-, cierto, hasta hace apenas cinco minutos una verdad absoluta, hasta que apareció aquel nombre bajo aquel día de Junio.

Es cierto que la memoria invoca ahora sus manos, la herencia de sus pobladas cejas y la grave expresión que también en su rostro yacen forjadas a fuego…, “la sangre tira”… al parecer hay algún grado de veracidad en aquel dicho-piensa-

El secreto de los días de aquel nombre, de improviso devela un rostro, una imagen en sepia escondida en la memoria de la memoria si se quiere, un nombre y un rostro, un hombre lejano y la apatía de sus días, días que no hicieron más que agregar leguas a la palabra distancia. ¿Cómo habrá sido?, ¿Qué sería lo último que paso por su cabeza?, ¿el dolor lo llevaría de la mano hasta su última exhalación?, Ahora surgen las preguntas, tal vez las típicas tras enfrentarse a la sorpresa que entrega conocer que alguien ya no existe.

Cierra los ojos y ni siquiera puede imaginarlo de viejo, ahora que ya no importa, aunque la sensación que le embarga al terminar el día se empeñe en decir lo contrario.

El sol se ha marchado por algún lugar que no puede ver y ha terminado por arrastrar algo mas que las horas, mientras las primeras estrellas que parecen colgar en la ventana van anunciando la noche, una noche distinta de cualquier otra venida o por venir. Un nombre, una fecha y recuerdos añejos fundidos con un extraño sentir. Con aquel nombre se va el abrazo que no fue, la ausencia de la palabra certera en el torbellino furioso que es siempre la adolescencia, el brillo en los ojos que le habría puesto el orgullo de verle tan igual a él, … no igual, sino mejor, -tal vez … diría él-

Es extraña la memoria, viejo… ¿alguna ves te habrá sucedido?, recuerdo incluso las cosas que entre nosotros jamás sucedieron, quizás un intento por olvidar las que si fueron… inútil por cierto, como olvidar si te veo cada vez que me enfrento a un espejo. – dijo en voz alta mientras apagaba la computadora -, otro cigarrillo y nueva reflexión, “Curioso, como las palabras lo encuentran a uno, esta ves tu nombre me encuentra… tu nombre completo y no sencillamente Papá, ese titulo no te lo ganaste”.

Una fecha, seis pequeños dígitos azules en los que cabe toda una vida, después de tantos años, su nombre y la fecha, así sin mas, sin epitafios posibles, sin despedidas ni mayores reproches, sin llantos ni perdones, sin fotografías ni coronas de tristes flores, sin nada mas que pueda decir, solo que se siente triste, con una tristeza carente de nobleza.

La puerta del cuarto se cierra despacio y sin ruidos. La calle mojada refleja las farolas, la brisa fría de Junio le estremece y también la coincidencia que justo aquel 20-06-2006 dibujado en la pantalla le alcanzara también en Junio dos años mas tarde. Hoy la sorpresa le dio un mordisco bien adentro…, curioso, “La sangre tira”… -piensa mientras camina con las manos en los bolsillos-.

El cielo es limpio y sereno y esa paz ahora le embarga y le llena con una extensa inhalación. En ocasiones el sol arrastra algo mas que las horas, de eso ahora él puede estar seguro.

"en ocasiones el sol arrastra algo mas que las horas"

Me quedo con esta frase en sus dos versiones, ésta que usaste al final y la que utilizaste a mitad del texto, de este texto que tanto me ha gustado.
Muy bueno el dibujo de cabecera, no por simple, menos expresivo.

Normalmente, cuando acabo de leer una de tus entradas, siempre me inunda la mente la misma frase: "¿Cómo cojones puede gustarle lo que escribo teniendo en cuenta cómo escribe él...?".

MO.

P.D.: Tú también eres unos de los pocos blogs que leo.

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